Febrero 13 de 2025

“Hijos de mi corazón: Yo os bendigo a vosotros en nombre de Dios el Padre, el Hijo y del Espíritu Santo…

Yo soy la Inmaculada Concepción y siempre Virgen María, la madre de Jesús y vuestra Madre… la Madre de la Esperanza, la Madre del Amor Hermoso, la Madre de la Divina Gracia…

Hoy os hago un llamado, hijos de mi alma, a permanecer unidos y orantes en este tiempo; a llevar en vosotros la insignia del amor de Cristo y, como estandarte, llevando la Cruz… Sois hijos de María y yo, como vuestra Madre, solo deseo la salvación de vuestras almas, pero es necesario, vosotros, todos mis hijos alrededor del mundo, anheléis el Cielo… En este tiempo, mi corazón se ha abierto de par en par durante décadas de vuestro tiempo para que entréis allí a ese lugar seguro…

Mis hijos: Buscad la gracia sacramental… No me cansaré de pedíroslo, porque es a través de ella que encontráis la salvación… ¡Es vuestra tabla de salvación!… Rezad muchos rosarios… Alegraos hijos de mi corazón, pues la misericordia de Dios se derrama sobre vosotros, aun cuando mi Hijo está muy ofendido, su Sacratísimo Corazón espera por vosotros…

Os amo mis niños y os dejo mi corazón… Veréis grandes milagros si grandes milagros pedís… ¡Pedid!… Pedid con confianza, pero sobre todo hijos, convertíos en almas intercesoras… ¡Orad por toda la especie humana!… Orad por tantos hijos de mi corazón que están sumidos en el dolor, el pecado y el odio… Vuestra oración siempre dará buen fruto, si confiáis en ella…

Yo veo vuestros corazones generosos… Yo os veo hijos atendiendo la voz de esta Madre, pero estad atentos para permanecer fieles, pues mi adversario os quiere lejos de la salvación de vuestras almas, pues los quieres para sí… ¿Queréis vosotros ir al Cielo?… Haced hijitos lo que se os ha pedido: ¡Rezad!… ¡Rezad!… Rezad hijos… Sed buenos niños… ¡Amaos de corazón!… ¡Perdonaos de corazón!… ¡Ayudaos los unos a los otros!… Mirad a Cristo en medio de vosotros…

Adiós, mis amores… Os espero en el Monte Alto que lleva mi nombre*… Durante estos meses todo lo que pidáis allí, en la Divina Voluntad de Dios, será concedido… Adiós, mis hijos… Bendiciones… Bendiciones… Bendiciones…”

(*) Nuestra Señora se refirió al Santuario Diocesano Nuestra Señora del Rosario ubicada en la via a Facatativá – Cundinamarca (Colombia)