“Hijos míos: Yo os bendigo a vosotros en nombre de Dios el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo…
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Pueblo de Dios, almas que guardo en el refugio de mi Inmaculado Corazón: Yo, como vuestra Madre, os llamo en este tiempo a la oración, al sacrificio y a ser apóstoles del amor de mi Hijo; el Rey de Reyes, el Señor de Señores que espera por vosotros… Sed valientes hijos, llevando con fidelidad la palabra del único Dios y Señor, con vuestros actos de amor hacia el prójimo…
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Pequeños de mi Inmaculado Corazón: Abrid vuestros corazones, permaneced penitentes y puros de corazón… Vivís tiempos de confusión y lucha, pero no temáis, confiad en vuestro Dios y reconoced con verdadero arrepentimiento que le habéis ofendido… Buscad la gracia y reconciliaos con Él… Llevad mi mensaje a todos mis hijos, pues este tiempo es de enmienda…
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Ya no ofendáis más a vuestro Señor y volved al redil donde, seguros como ovejas del Buen Pastor, estaréis… ¡Orad!… ¡Orad!… Orad, hijos… Sed defensores de este llamado que os hago, como Madre, y veréis la misericordia de Dios…Manteneos unidos en un solo corazón… ¡Ofrecedlo todo!…
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Os amo pequeños míos… Atended a mi llamado y llevadlo a todos mis hijos, especialmente a aquellos amados míos, que se pierden en el ruido del mundo y el pecado… Bendiciones… Bendiciones… Bendiciones…”
Marzo 13 de 2022
Bogotá – Colombia
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