Yo, Hernán López Fernández, tuve la fortuna de nacer en un hogar católico, donde se rezaba en familia el Santo Rosario. Esta semilla hizo florecer en mí el amor a la Santísima Virgen María.
En el mes de mayo en mi habitación le hacia un altarcito a la virgencita igual al que hacíamos en el salón de clases en el colegio, para que allí nos reuniéramos en familia para el rezo del Rosario.
Fui frío en mis años de ejercicio profesional, pero sin abandonar las misas dominicales.
El señor y la Virgencita me dieron una oportunidad para mostrarme el camino que cambiaria completamente mi vida religiosa.
Fui víctima de un intento de secuestro en Medellín y al enfrentarme a los secuestradores (dos jóvenes de 20 y 22 años) rehusándome a dejarme llevar, estuve enfrente al arma que me eliminaría, una mini ametralladora que minutos antes había sido disparada cerca a mis pies, para obligarme a ser montado al automóvil. Como el tiempo transcurría rápidamente y estábamos en una avenida de mucho tráfico a la 1:30 p.m. y congestionándose el jefe o quien comandaba la operación le dio esta orden al compañero “elimínelo, dele de baja, remátelo” ante esta delicada situación hice un acto de contrición preparándome a morir, arrepintiéndome de mis culpas, deje mi mente en blanco uno segundos esperando la bala que terminaría con mi vida.
Sin yo pensarlo recibo un mensaje o pensamiento de que el arma no dispararía, y efectivamente así sucedió, un segundo intento y el arma tampoco funcionó.
Por seguridad me vine a vivir a Bogotá y creo que la Virgencita me estaba encaminando a encontrarla y a su Amado Hijo. Fue así como llegue al jardín de Santa María en Facatativa un 13 de octubre, donde había unas 20.000 personas, se realizaron sanaciones y recibimos el regalo de la danza del sol. Conocí varios señores que me invitaron a asistir al Rosario de San José (dirigido por Carolina Jiménez), posteriormente fui llamado a pertenecer al cenáculo (dirigido por Carolina Name) donde me he sentido realizado en los caminos de Dios cumpliendo con el amor al prójimo y haciendo conocer del país y del mundo la advocación de María de la Divina Gracia de la Rosa de la Paz que tengo la alegría de peregrinarla en los hogares donde hay dolor, necesidad de paz y sanación.
Quienes deseen ser visitados pueden hacerlo llamando al teléfono 3177149 en horas de oficina. Dios sea por siempre Bendito.